El mejor ejemplo de arquitectura románica en Barcelona se encuentra en el pequeño y delicado claustro de la Iglesia de Santa Maria del Pi. La historia de esta iglesia se remonta al siglo IX o X, y luego fue reconstruida en el siglo XI o XII. Es de especial importancia debido a los arcos polilobulados del siglo XIII que descansan sobre capiteles intrincadamente tallados, únicos en Europa. En el interior de la iglesia se encuentra la lápida de Guifré II, hijo de Guifré El Pelós, el conde del siglo IX que se cree que fue el fundador de Cataluña.