Durante siglos, el Ayuntamiento de Barcelona ha sido la sede del poder. El Consell de Cent, el consejo de gobierno de la ciudad, celebró aquí su primera reunión allá por el siglo XIV. Desde entonces, el edificio ha pasado por varios cambios; la entrada gótica original de la calle de la Ciutat es todo lo que queda de los viejos tiempos. La fachada principal neoclásica del siglo XIX contrasta poco con el Palau de la Generalitat al otro lado de la calle, pero vale la pena ver su interior. Las visitas guiadas en catalán, castellano e inglés, de una hora de duración, se realizan los domingos sin necesidad de reserva previa.